El Modelo Audiovisual Francés con Xavier Lardoux
En un momento en el que las políticas del audiovisual en Cataluña se encuentran en un proceso de redefinición estratégica, es pertinente conocer de cerca aquellos modelos de países vecinos que constituyen un ejemplo de envergadura internacional. Por eso, Productores Audiovisuales de Cataluña (PAC) ha organizado, con la colaboración del Cluster, la sesión «El modelo audiovisual francés», que ha contado con la participación Xavier Lardoux, director del área de cine del Centre National du Cinéma et de l’Image Animée (CNC), en diálogo con Albert Serra, cineasta y actual presidente de PAC, y que ha tenido lugar en el Auditorio de La Pedrera.
Lardoux ha centrado su intervención en el análisis detallado de las políticas del cine en Francia, haciendo menciones puntuales del ámbito televisivo y del resto del sector audiovisual. Un modelo, el del cine francés, que, según Serra, representa «el último gran bastión en la defensa de la diversidad de la cultura, y contra el embate del cine comercial americano y la globalización.»
La garantía de la diversidad en el cine es uno de los ejes centrales de la política cultural francesa, afirmó Lardoux. «La construcción del modelo audiovisual francés, prácticamente desde su nacimiento (en los años cuarenta, tras la Segunda Guerra Mundial), se basó en la lucha contra la uniformización de la oferta y la demagogia artística que a menudo impone la lógica del mercado. Es decir: las políticas del cine actúan como una especie de corrector del mercado.«, afirmaba el ponente.
Si dicho modelo ha evolucionado con estos principios -matizaba Lardoux- ha sido gracias a que en Francia, en seguida, se creó una fuerte organización de cineastas y de miembros de la industria audiovisual. «Esto ha sido esencial. Sin visionarios como Jean Zay o André Malraux, o el impulso de la Nouvelle Vague, entre otros, que abogaban por el compromiso en la cultura y por la organización de sus agentes más allá del Estado y de los distintos colores políticos, ahora estaríamos hablando de otra cosa.»
¿El resultado? La creación de un organismo como el CNC, encargado de la financiación pública del cine y el audiovisual, sostenedor del festival de Cannes, exportador del cine francés y europeo en el mundo (a través de UniFrance), que si bien depende políticamente del Ministerio de Cultura es completamente autónomo con respecto a su presupuesto. Y este último punto –la autonomía presupuestaria- es lo que asegura, según Lardoux, la continuidad de un modelo que, a día de hoy, sitúa Francia como el segundo exportador mundial de cine, con la red de salas de cine más grande de Europa (5.700 pantallas), 200 millones de espectadores al año y una cuota de cine francés del 40%.
La autonomía presupuestaria descansa sobre un sistema de tasas que históricamente se ha implantado en los soportes de difusión (salas de cine, televisión, Internet…) a medida que éstos evolucionaban. «El gobierno francés trata de anticiparse al crecimiento de los soportes. Más vale tasar en seguida, antes de que sean mayoritarios. Si no, es más difícil.»
La primera tasa nacía pronto, en 1948, y afectaba la entrada de las salas de cine (2,7% del precio), porcentaje que se destinaba a invertir en cine francés y europeo, contrarrestando así el desembarco del cine comercial americano en Europa. La segunda tasa, en 1984, se implantaba en las cadenas -públicas o privadas- de TV, con el objetivo, en este caso, de corregir la competencia que las televisiones hacían a las salas de cine. Una tasa de la que se deriva que actualmente una cadena privada como Canal Plus destine el 12% de sus ingresos a la financiación del cine (entre 80 y 115 películas al año). En 2000, eran las operadoras de Internet y telefonía las que asumían una tasa destinada a la inversión en cine. Y finalmente, en 2016, se tasaban las plataformas de distribución de vídeo gratuito, financiadas con publicidad, como Youtube o Dailymotion. «Ahora, nuestro objetivo es aplicar una tasa a las redes, como Facebook y Twitter, que vaticinamos que utilizarán cada vez más el vídeo.»
Gracias al sistema de tasación, pues, el CNC cuenta con un presupuesto de 650 millones de euros (350 para el cine y 300 para televisión) que no depende del criterio de ningún Ministerio. Un presupuesto que cuenta con dos grandes líneas de gasto, en coherencia con las políticas de diversidad cultural: las ayudas automáticas (que premian el éxito, favoreciendo las obras de gran consumo) y las selectivas (con un carácter netamente artístico, encaminadas a promover las expresiones más arriesgadas). «Y para que esto funcione hay que dotarse de unos mecanismos de selección el máximo de transparentes.», afirmaba Lardoux. «Si no, no tiene ningún sentido. En Francia estos sistemas no son perfectos, pero pienso, como se suele decir, que son los menos malos. »
Lardoux finalmente ha presentado algunos de sus caballos de batalla como director del área de cine del CNC. Uno es consolidar los créditos y las deducciones fiscales a los rodajes y las producciones cinematográficas para frenar la deslocalización y competir con otros países. «El Ministerio de Finanzas finalmente ha entendido que un euro deducido en el cine tiene un efecto multiplicador (de 1 a 3) con respecto al impacto económico.» El otro es resolver el problema de la difusión en Francia. «Sufrimos un efecto de embudo. No hay suficiente canales de difusión por tantas producciones (700 películas por año). «Por último, destacó la cuestión del cine y la educación. «Si, ya de muy pequeños, llevamos a los niños al cine, a través de incentivos a las escuelas, no sólo les dotamos de un criterio audiovisual, tan necesario en el contexto actual, sino que nos aseguramos la formación de un público, el consumidor del futuro.»
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!