Claros y oscuros de la industria del documental en Cataluña
¿Qué hacían un productor (Tono Folguera – Lastor Media), una creadora (Neus Ballús – El Kinògraf), un distribuidor / festival (Juan González – DocsBarcelona), un pensador (Jordi Balló – UPF), un crítico danés (Tue Steen Müller – fundador EDN), un programador de televisión (Miquel Garcia – TV3) y una representante de la administración (Blanca Piulats – ICEC), sentados en una misma mesa?
¿Por qué se reunieron en una mesa redonda moderada por Paco Escribano (Minoría Absoluta) y acompañados por más de un centenar de personas, entre las que se encontraba una representación selecta de agentes del sector audiovisual? Invitados por el Cluster Audiovisual de Cataluña en el marco del DocsBarcelona 2017, acudieron para hablar de «La industria del documental en Cataluña»: la evolución del sector desde que empezó a desarrollarse en Cataluña y los retos que la industria tiene -y tendrá- que enfrentar, tanto en el presente como en el futuro.
A lo largo de las últimas décadas, el documental ha conseguido hacerse un lugar dentro del campo de la cinematografía y construir una audiencia más fiel y más grande que nunca. Un hecho que ha sido reconocido por todos los ponentes. Pero, mientras el documental es un género con un prestigio creciente tanto en Cataluña como a nivel internacional, la industria que lo produce pasa por un momento muy delicado en cuanto a su viabilidad económica. En este sentido, Tono Folguera (Lastor Media) ha sido contundente: «En Cataluña, la industria se encuentra en peligro de extinción. Cada vez hay más productores de documental que migran hacia la ficción para poder sobrevivir. Es una situación insostenible.»
Algunos de los ponentes apuntaron que la principal causa de esta situación es el frágil modelo de financiación de la industria, que básicamente depende de las televisiones y de la administración y que en los últimos años se ha visto fuertemente afectado por los recortes. Una realidad que obliga a repensar la relación que la industria mantiene con estos organismos.
«La televisión pública, y TV3 en particular, es un espacio fundamental para los creadores emergentes», advertía Neus Ballús (El Kinograf). «Si pierde este rol, la pérdida será muy grande.». A su vez, Miquel Garcia (TV3) ha explicado que, dentro de TV3, aunque todavía el documental recibie un presupuesto demasiado pequeño, se está trabajando para que el género gane más protagonismo, teniendo en cuenta, además, que «es uno de los productos más rentables: atrae audiencia y tiene un bajo coste «.
Blanca Piulats, como representante de la administración, ha aclarado que este año el ICEC ha aumentado su partida para financiar documentales. Pero, tanto ponentes como assistentes han expresado que, a pesar de las aparentes mejoras, obtener financiación es aún demasiado complicado. «Si no tienes el apoyo de TV3, obtener una subvención del ICEC se hace muy difícil. Y el apoyo de TV3, ahora, precisamente, no es fácil de obtener. Es un pez que se muerde la cola «, se ha comentado desde el público.
Aparte de la relación con las televisiones y la administración, «es necesario que la propia industria se marque sus propios objetivos», añadía Joan González (DocsBarcelona). «El sector aún no ha pactado nunca una estrategia para desarrollar la industria del documental. Y esto es imprescindible. «. Idea que ha reforzado Jordi Balló (UPF): «Sin amistad, esto no funciona. Hay que construir un sentido de colaboración. «.
A su vez, Tue Steen Müller, fundador del European Documentary Network (EDN), destacaba que algunos de los fenómenos que ahora se observan en Cataluña hace tiempo que son una realidad en Dinamarca. Uno de los ejemplos más claros es la transformación de la estructura empresarial de las productoras, que tienden a empequeñecerse y a fragmentarse.
Pero hay bastantes diferencias. El apoyo del Estado danés a la industria es comparativamente mayor que el de Cataluña, su relación con los mercados de su entorno es mucho más fluida y la presencia de las mujeres en el sector está mucho más normalizada. Neus Ballús ha advertido que «aquí, la desigualdad de género es aún enorme. Las mujeres son mayoría en los programas de estudio del audiovisual però una minoría dentro de la industria.»